Antes de empezar, vamos a aclarar que la finalidad de lo que vamos a explicar en este post es totalmente crítico y que estamos en contra del producto del que vamos a hablar a continuación.
A qué nos referimos exactamente, como no a varios dispositivos que en los últimos tiempos han generado controversia en el mundo de la medicina. Concretamente de dos dispositivos para actuar en caso de atragantamiento: Dechoker y Livevac. Aunque también haremos referencia a otros artículos “salvavidas” relacionados con los primeros auxilios.
¿En qué consisten estos dispositivos?
Sencillamente son dispositivos que funcionan mediante la succión. Y según explican, con algunas diferencias de diseño, ambos parecen funcionar tanto con sólidos como con líquidos, además de poder ser aplicados de pie o sentado e incluso para ser autoaplicado. Uno consta de una mascarilla para hacer el sellado contra el rostro, un tubo depresor de la lengua, un cilindro donde se retienen los restos. El otro, algo más simple, parece de forma resumida un desatascador de WC, aunque con el contorno de la mascarilla moldeada para la cara.
Lo curioso de estos dos dispositivos es la ausencia de que se hable de ellos en publicaciones o noticias relacionadas con la medicina o en organismos oficiales tanto estatales como europeos, aunque sí que contrasta con la presencia en medios de comunicación.
Tanto es así, que desde hace tiempo, estos dos dispositivos mencionados se han ido publicitando a través de numerosos medios de comunicación como 20 Minutos en prensa escrita, canales de televisión como la Sexta, TeleMadrid, TVE, Tele5 o Antena3, o incluso emisoras de radio como Onda Cero. Todos ellos dando a conocer este producto y a la vez “promocionando” los beneficios de estos dispositivos sin haber contrastado antes ninguna información sobre el producto ni por la empresa que lo crea y distribuye.
A mediados de 2018, se crea el Plan Nacional Anti-Atragantamiento o PLANTRA por sus siglas, con el objetivo de concienciar a la población sobre esta causa de muerte. La jugada de esta campaña, creada por Dechoker, no es más que una iniciativa privada para promocionar la venta del dispositivo, aunque a priori parezca una campaña de concienciación del gobierno como hacen con los accidentes de tráfico. Sin embargo, este “Plan Nacional” ha convencido a multitud de medios de comunicación, como ya hemos comentado, para publicitar dichos aparatos. Tanto es así, que incluso Onda Cero llegaba a menospreciar la maniobra de Heimlich para respaldar su dispositivo.
Pero, ¿realmente funcionan estos dispositivos?
A día de hoy, no existen ensayos clínicos ni por supuesto, evidencias científicas que demuestren la eficacia de estos aparatos ni que informen sobre sus posibles efectos adversos en las personas. Según ellos, han salvado decenas de vidas por numerosos países, pero casualmente siempre sin datos clínicos que lo corroboren. Además, no existe ninguna entidad médica oficial que respalde a estos dispositivos por mucho que aleguen que salvan vidas. De hecho, ninguna guía médica de actuación ante atragantamientos incluye estos dispositivos, aunque sí es cierto que la entrada de estos dispositivos ha sido posterior a las guías actuales, última del año 2015 por del Consejo Europeo de Resucitación o ERC por sus siglas. Habrá que esperar por tanto a 2020 para saber qué tienen o no que decir al respecto. De momento, ante una situación de vida o muerte, se sigue recomendando y ya desde hace muchos años, la maniobra de Heimlich, y de momento, no sustituirla por otras sin ninguna evidencia científica.
Estos artilugios están aprobados como dispositivos médicos de la clase I, lo cual significa que en esta categoría se incluyen los dispositivos que presentan un grado muy bajo de riesgo para las personas, ya que no entran en contacto con el paciente o por un orificio corporal como la nariz o la boca, de forma infrecuente. Todos los dispositivos médicos que entran dentro de la clase I, no necesitan demostrar eficacia aunque sí seguridad. Es decir, que no necesitan ensayos clínicos que demuestren la evidencia de su uso para poder comercializarlo. Así que, por mucho que dispongan de sellos como el marcado CE o estar registrado por la FDA, el equivalente a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarias en o AEMPS por sus siglas, no supone ningún respaldo científico. En el caso del dispositivo Dechoker, ellos mismos certifican que han realizado estudios en animales y cadáveres humanos, simulaciones en ordenador y exámenes dentro y fuera de la cavidad oral en humanos.
Dos puntos en contra
Dechoker en concreto, afirma en su página web que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias o SEMES por sus siglas, considera su dispositivo de interés para las emergencias médicas. Según SEMES, recibieron una petición de aval de su dispositivo, el cual no se ha realizado, únicamente se les contestó que les parecía interesante, a falta por eso, de estudios que lo avalaran.
Y otro “Zasca” más importante y que al equipo de Reanimando nos alegró conocer en su momento. El Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar o CERCP por sus siglas, realizó un comunicado a mediados de 2019 en el que aclaraba lo siguiente:
“Tras analizar la escasa bibliografía médica disponible en la actualidad, acerca de la indicación y seguridad de uso de estos dispositivos en los atragantamientos y teniendo en cuenta las altas presiones de succión que se han detectado, que podrían ser dañinas para el paciente, especialmente para el niño, el CERCP recomienda seguir actuando ante los atragantamientos tal y como indican las recomendaciones internacionales mediante la tos, golpes en la espalda y compresiones abdominales. Es necesario disponer en el futuro de más estudios para poder concluir que el uso de estos dispositivos es eficaz y seguro para los pacientes y que sea incorporado a las guías internacionales como un método para utilizar en los atragantamientos”.
En Reino Unido, la situación de estos dispositivos es muy diferente respecto a España. Las autoridades británicas han advertido que estos dispositivos no pueden ser comercializados para usarse en escuelas o cualquier otro lugar público por la falta de estudios que lo evalúen. De hecho, el Consejo de Reanimación Británica ya aconsejó en su momento a la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos para el Cuidado de la Salud de Reino Unido, el equivalente a la FDA en EEUU y la AEMPS en España, que estos dispositivos solo deberían usarse por personal sanitario cualificado. Es más, en 2017 dieron constancia tanto a LifeVac como a Dechoker, que cesaran la comercialización de sus dispositivos en escuelas y otros lugares públicos como restaurantes y centros comerciales.
¿Qué ha hecho el competidor de Dechoker?
El otro dispositivo, LifeVac, arrancó lanzando una campaña de venta en España que buscaba de igual manera sustituir o complementar la maniobra de Heimlich y aumentar así las probabilidades de supervivencia tras un atragantamiento. Un episodio que se cobra la vida de más personas que por los propios accidentes de tráfico en nuestro país, según dice la marca en su web. La misma película vamos…
Desde su llegada al mercado de nuestro país, han surgido continuamente polémicas sobre todo en redes sociales (nosotros hemos sido unos de ellos), sobretodo y más que nada por a la efectividad de este sistema y sus intereses comerciales. Profesionales sanitarios de todo tipo han puesto en duda en varias ocasiones los supuestos beneficios del producto y la respuesta de la empresa ha sido atacarles públicamente hasta señalarles como “trolls” por mostrarse en contra de su producto.
La pregunta ahora es, ¿si Dechoker no cuenta con aval científico, qué tiene de especial Livevac para que sea mejor?, si prácticamente son lo mismo, un desatascador.
Según explica Livevac en su página web, su producto es un revolucionario equipo de emergencia, muy fácil de usar y diseñado para que cualquier persona pueda usarlo rápidamente en caso de una emergencia por atragantamiento. Indican que es válido para adultos y niños y que no tiene riesgos para la víctima. Hasta ahí todo bien. La polémica surge cuando hacen especial hincapié en que ya se han salvado numerosas vidas en España y otros países con su dispositivo, que LifeVac está avalado por estudios clínicos y que cuenta con el aval de la FDA, al igual que Dechoker. Es cierto que LifeVac cuenta con el aval de la FDA, pero volvemos al mismo punto de partida que el Dechoker, es un dispositivo médico de la clase I, y sigue sin contar con estudios de que demuestren su evidencia científica y su efectividad.
En conclusión. Nos parecen, de momento y desde que salieron al mercado estos dispositivos, un engañabobos, que por su precio de más de 100 euros, y sabiendo que a día de hoy Henry Heimlich por algo inventó hace varias décadas una maniobra útil, muy eficaz, rápida y sencilla (y encima gratis), es difícil que este tipo de productos nos convenzan para fomentarlos y porqué no, distribuirlos.
Os dejamos el enlace a un video real donde se realiza la maniobra de Heimlich. Pincha aquí
https://www.youtube.com/watch?v=NGMd3pYZWvc&t=13s
Más inventos para los primeros auxilios
Por último, queremos mencionar otro dispositivo más. No lo vamos a criticar puesto que la finalidad del producto no es salvar vidas, si no la de “facilitar” maniobras de reanimación. Se trata del conocido como Cardio First Angel.
En qué consiste este dispositivo. Cabe mencionar que este dispositivo es de la marca suiza Schiller, fabricante reconocido en cuanto a dispositivos de diagnóstico cardiopulmonar, monitorización de pacientes y desfibriladores. Según las instrucciones del aparato, dispone de un pulsador rojo y redondo donde se sitúa la palma de la mano. Este pulsador muestra un pictograma que ilustra el uso del dispositivo. En la parte inferior, se encuentra en contacto con el paciente una espuma de poliuretano absorbente para líquidos como el sudor. Al realizar las compresiones, estas son alertadas por un “clic” audible que alerta al rescatador para cesar o iniciar de nuevo la compresión.
Se supone por tanto que el aparato está pensado para complementar las compresiones torácicas para personal lego. Y según ellos, en esos momentos vitales donde el tiempo es primordial, esta ayuda consigue y proporciona al reanimador realizar correctamente las compresiones. Sinceramente, ya es una situación de estrés y poca concentración para esa persona que lo realiza, como para que esté pendiente de escuchar “clics” y saber como lo está realizando.
Qué podemos decir de un aparato así, solamente que al igual que los mencionados anteriormente, no creemos en artilugios o “inventos salvavidas” y sí en la formación y el reciclaje continuo.
Luis Manuel Mondragon. Instructor y Técnico en Emergencias Sanitarias