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La hemorragia exanguinante

La hemorragia exanguinante

El control de la hemorragia exanguinante debe ser rápido y preciso ya que en menos de un minuto el paciente puede morir, por lo que lo primero que se debe hacer es presión directa.

Primero de todo ¿Qué es una hemorragia exanguinante? La hemorragia exanguinante es un fenómeno biológico de pérdida de gran parte o todo el volumen sanguíneo de una persona, sin lograr reponerlo adecuadamente con transfusión a causa de una imposibilidad técnica para cortar esa hemorragia o por no disponer de un quirófano en el lugar o en el momento oportuno. La hemorragia exanguinante o profusa en extremidades sigue siendo la causa de muerte evitable número uno en incidentes de múltiples víctimas, atentados, etcétera. En el momento en el que se instaura una hemorragia sangrante tenemos menos de un minuto para cortar esa hemorragia o si no el paciente puede morir.

Causas más comunes de la hemorragia exanguinante

Aquí mostramos por ejemplo las causas más típicas por las cuales se puede producir una hemorragia exanguinante: la violencia en el ámbito doméstico debido a algún cuchillo, algún ataque o alguna herramienta en casa, manejo de maquinaria pesada por riesgos laborales en fábricas, guerrilla urbana en manifestaciones con alteraciones graves del orden y actuaciones violentas como botellas rotas en la calle, actos violentos de cualquier naturaleza donde sea necesaria la intervención de fuerzas y cuerpos de seguridad, atentados terroristas acciones o también en nuestra cultura por eventos taurinos.

El shock hemorrágico o choque hemorrágico es una afección fisiopatológica producida por la pérdida rápida y significativa del volumen intravascular, por lo que conduce secuencialmente a la inestabilidad hemodinámica, disminución del suministro de oxígeno, disminución de la perfusión, hipoxia celular, daño celular y afectación a órganos del síndrome defunción multiorgánica y puede terminar en la muerte. En ella se puede evidenciar una disminución en la en precarga cardíaca. La perfusión y la oxigenación celular se ven comprometidas por lo que tenemos una hipoxia el metabolismo aerobio que pasa a ser anaerobio; hay una inestabilidad hemodinámica por lo que el daño celular lleva a un daño en los órganos diana; fallo multiorgánico y la muerte.

Cómo controlar un sangrado masivo.

1.Presión directa

Comencemos hablando de la presión directa que es la primera maniobra que se debe hacer. Es la técnica inicial, la cual nunca debemos dudar de empezar por ella, antes que ni siquiera un torniquete. Siempre presionamos directamente y se puede hacer manualmente o con un apósito compresivo encima, como una camiseta, trapos limpios, gasas… A más presión dentro del vaso, más rápido se fuerza la salida, pues es el principio de Bernoulli. Importante recordar también que en las heridas con objetos incrustados habría que realizar una presión a ambos lados de ese objeto y no sobre él. Obviamente, no lo vamos a retirar nunca hasta que no se llegue a un quirófano, ya que el cuerpo extraño va a actuar de tapón.

2. Empaquetamiento de la herida

EL empaque de una herida consiste principalmente en ejercer presión directa en el interior de la herida, por ejemplo, en heridas profundas, abiertas con dilatación o en lugares más complejos de comprimir como la axila, ingle, cuello o zona sacro.

En este caso, debemos meter el agente hemostático dentro de la lesión y comprimirlo, con gasas, trapos limpios, camiseta o agentes hemostáticos si se disponen de ellos. Debe ser siempre dentro para que realmente taponemos esa hemorragia.

3. Torniquete

Y aquí tenemos al componente estrella de un de una hemorragia exanguinante: el torniquete. Los torniquetes son maniobras salvadoras, se deben poner cuando el sangrado no pueda controlarse mediante presión directa o, como primera opción cuando nos encontremos una amputación total o parcial de la extremidad, en zona de alto riesgo o con víctima con ropa empapada de sangre y encharcando el suelo. Se deben poner siempre en la ingle o en la axila, lo más próxima posible a la raíz de la extremidad. Da igual donde sea el sangrado si sea en la mano, el codo… Es importante que no se cubran con ropa o con mantas por lo que deben estar a la vista.

Es curioso porque a lo mejor al ponerlo a la primera vez, veamos que mientras vamos girando el palo vamos viendo como puede sangrar un poquito más, es porque estamos haciendo un efecto compresor como al hacer una extracción sanguínea, estamos tapando el flujo venoso por lo que se acumula la sangre venosa, por lo que hay que seguir girando hasta que consigamos bloquear el flujo arterial, hasta que ya no tengamos pulso distal. Importantísimo apuntar la hora en la que lo hemos colocado esta no debe sobrepasar más de 120 a 150 minutos. Debería ser lo máximo. Hay que mantenerlo hasta la llegada a quirófano.

Importantísimo, no se debe aflojar ya que solo crearemos de nuevo otra otra hemorragia, la cual puede ser también muy complicada de volver a parar. También es importante destacar que la aplicación de un torniquete es muy doloroso.

Puntos importantes de la hemorragia exanguinante

También unos puntos muy importantes a tener en cuenta una vez dicho todo esto son sobre todo que la hemorragia exanguinante va antes que la vía aérea. Una hemorragia exanguinante se puede llegar a parar con unas maniobras salvadoras muy sencillas como es compresión directa o la aplicación de un torniquete. La vía aérea precisa mucho más entrenamiento y también es muy importante. Sin embargo una vez cortemos esa hemorragia exanguinante estamos ganando bastantes minutos de tiempo y de vida a ese paciente, ya que como hemos dicho, en un minuto ese paciente puede morir.

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