Blog

Qué son los Primeros Auxilios

Vas conduciendo o caminando por la calle, te encuentras con un accidente de tráfico o a una persona que necesita auxilio al otro lado de la acera… ¿Te ha sucedido alguna vez? ¿Has sabido cómo reaccionar?

En este post hablaremos sobre los primeros auxilios, que no son más que la asistencia o tratamiento iniciales que deben darse a un herido o a quien sufre una enfermedad repentina.

Y para Reanimando, lo primero antes de actuar, antes de hacercarse a esa situación que nos hemos encontrado, es el P.A.S.

Y para nosotros lo más importante es protegerse a uno mismo, antes de nada, y una vez nos hayamos asegurado de eso, podemos comenzar a actuar. Además, y no menos importante, de llamar a emergencias.

A día de hoy esta “conducta”, según la denominan, o más bien protocolo o forma de actuar, se enseña desde hace ya varios años en escuelas, en el carnet de conducir y en cualquier formación relacionada tanto en primeros auxilios como en prevención.

Nuestra responsabilidad como ciudadanos ante una situación de emergencia médica debería ser:

  • Evaluar la situación con rapidez y seguridad, y solicitar la ayuda adecuada.
  • Proteger de posibles peligros a los heridos y a otros presentes en la escena.
  • Identificar, dentro de lo posible, la lesión o la naturaleza de la enfermedad que afecta a una víctima.
  • Aplicar tratamiento precoz y apropiado a cada víctima, empezando por las situaciones más graves.
  • Si se necesita ayuda médica, permanecer con la víctima hasta que llegue la misma.
  • Informar de sus observaciones a quienes se hagan cargo de la víctima y colaborar con ellos si es preciso.

Toda víctima necesita sentirse segura y en manos firmes. Podemos crear un ambiente de confianza y seguridad si:

  • Mantenemos bajo control tanto el problema como sus propias reacciones.
  • Actuamos con calma y sentido común.
  • Somos amable pero firmes.
  • Hablamos con la víctima amablemente pero de forma clara y decidida.

Es interesante hablar en todo momento con la víctima durante la exploración y el tratamiento para que esta sepa en todo momento que estamos haciendo y también para que no se sienta sola. No hay que ser impreciso ni exagerar, pues podríamos provocar alarma innecesaria. Como personas excepcionales, los niños son muy perspicaces y detectarán rápidamente cualquier indecisión por su parte.

Pero, ¿estoy obligado a prestar auxilio?.

Según el artículo 195 de la Ley Orgánica 10/1995, del 23 de noviembre dice:

  1. El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses.
  2. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno.
  3. Si la víctima lo fuere por accidente ocasionado fortuitamente por el que omitió el auxilio, la pena será de prisión de seis meses a 18 meses, y si el accidente se debiere a imprudencia, la de prisión de seis meses a cuatro años.

Y en el Artículo 196 se matiza:

“El profesional que, estando obligado a ello, denegare asistencia sanitaria o abandonare los servicios sanitarios, cuando de la denegación o abandono se derive riesgo grave para la salud de las personas, será castigado con las penas del artículo precedente en su mitad superior y con la de inhabilitación especial para empleo o cargo público, profesión u oficio, por tiempo de seis meses a tres años”.

Socorrer proviene del latín, y según la RAE, significa “ayudar, favorecer en un peligro o necesidad”. Si nos vamos a la definición de ayudar, nos conduce al mismo lugar “auxiliar, socorrer”. Lo que no nos definen es el significado en sí de socorrer. ¿Tengo la obligación de tener conocimientos médicos ante una emergencia médica? Según nuestro criterio, no. Simplemente porque socorrer ya significa parar ante un accidente, llamar a emergencias y no dejar sola a esa persona. Si en el artículo 196 ya nos dicen que la persona obligada es el/la profesional sanitario, como van a obligar a cualquier ciudadano sin tener si quiera conocimientos a actuar sanitariamente hablando. Partamos de la base de incluir esta materia en las escuelas como asignatura obligatoria y tener así a la población formada desde bien pronto. Lo que sí queda claro es que no auxiliar es omisión de socorro.

 

¿Pero de dónde provienen los primeros auxilios?

Hay algunos registros históricos que indican que los inicios de los primeros auxilios fueron proporcionados por los caballeros religiosos de San Juan de Jerusalén, Orden Religiosa del siglo XI, ofreciendo atención a los peregrinos, enfermos, y personas muy pobres, y otros caballeros intentando tratar las heridas de guerra.

Pero incluso antes, se data que la primera reanimación documentada, se remonta al año 896 a. C. y la técnica del boca a boca se describe en los jeroglíficos mayas.

Como ya hablamos en otro post (pincha aquí para leer), fue Dominique Larrey quien durante la guerra de Napoleón comenzó a desarrollar el sistema de asistencia sanitaria prehospitalaria o ambulancias recibiendo in situ atención sanitaria en ese mismo lugar que, según documentos de la época, consistía en la amputación de los miembros lesionados de los combatientes, a parte del traslado hacia el hospital.

Los continuos conflictos bélicos desde entonces, propiciaron la creación otros sistemas diferentes. Concretamente, en 1859, la batalla de Solferino, Italia, fue el evento que llevó a Henri Dunant de crear una brigada de ayuda a los heridos durante las batallas, y que años más tarde, en 1864, le haría fundar la más que conocida mundialmente como Cruz Roja Internacional, con el objetivo de mejorar la suerte de los heridos en el campo de batalla.Data de 1877 cuando el cirujano Peter Shepherd, realizó lo que se conoce como el primer curso de primeros auxilios, inicialmente para cuerpos de policía, y más tarde de forma pública en Londres, Inglaterra.ocos años más tarde, fue el servicio británico de ambulancias Saint John Ambulance, quien comenzó a ofrecer también cursos públicos de primeros auxilios en algunas ciudades de Gran Bretaña.

Qué hacer y como actuar

Resumiendo. Los primeros auxilios no son una ciencia exacta, y el trato con “lo real” nos puede atemorizar e incluso tras los más duros esfuerzos y con un tratamiento adecuado, un herido podría no responder como esperamos e incluso en algunas situaciones con finales inevitablemente fatales.

La regla de oro es NO producir más daño a la vez que se aplica el principio del “riesgo calculado”. Deberíamos usar el tratamiento que parezca más beneficioso para el herido, pero nunca usar uno del que no estemos muy seguros solo por hacer algo.

No hay que intentar rescates heroicos en situaciones arriesgadas. Es bastante improbable que podamos ayudar a los heridos si nos ponemos nosotros mismos en peligro. Deberíamos de evaluar antes la situación y asegurarnos de que sea segura para nosotros.

Si hemos hecho todo lo posible, nuestra conciencia puede estar tranquila.

 

Luis Manuel Mondragon. Instructor y Técnico en Emergencias Sanitarias